Alejandro Russo expuso la experiencia argentina en materia de cuidados ante la Asociación Internacional de Seguridad Social

El pasado miércoles 17 de marzo, Alejandro Russo, presidente de CAM, participó del Seminario Internacional sobre Cuidados “Atención a largo plazo: experiencias internacionales y buenas prácticas de sociedades de beneficio mutuo”,  organizado por la Asociación Internacional de Seguridad Social, con el apoyo de la Asociación Internacional de la Mutualidad (AIM).

Desde la presentación del tema, que estuvo a cargo de Dalya Elziniy, Oficial técnico superior en Seguridad Social de AISS, hasta las palabras finales, a cargo de Sybille Reichert, directora ejecutiva de la Asociación Internacional de Sociedades de Beneficio Mutuo (AIM) quedó planteado un problema inminente a nivel mundial: el creciente aumento de la demanda en materia de cuidados; la inequidad en el acceso y la feminización de la tarea, asumida en muchos casos, como un trabajo no remunerado e invisibilizado.

También la capacidad de las organizaciones mutuales, para prestar el servicio a partir de un modelo solidario, de manera asequible y con dignidad, tanto para quienes brindan el servicio, como para quienes lo demandan, a partir del derecho de cuidar y ser cuidados.

En su intervención, Alejandro Russo, quien también es vicepresidente de AIM para Latinoamérica, ofreció cifras y detalles conceptuales sobre la manera en que Argentina aborda la temática, tanto desde el Estado como desde las organizaciones de la Economía Social y Solidaria.

 “Las necesidades de “cuidado” se han ido transformando a lo largo del tiempo, los cambios acontecidos en la estructura de las familias, las posibilidades de proveer, a través del trabajo no remunerado de las mujeres, hoy se ha transformado en un ámbito con mayores limitaciones para cumplir esa función”, observó el dirigente y enumeró factores como cambios demográficos vinculados con la creciente participación laboral de las mujeres, envejecimiento poblacional y el incremento de los hogares monoparentales que impactan en la posibilidad de afrontar dicha tarea. “Los cambios probables que se esperan en la estructura de edad de la población de Argentina, indican que el proceso de envejecimiento continuará”.

Existen en Argentina, según relató el dirigente mutual, un conjunto de avances en materia de legislación que impactan sobre esta temática, como “la jubilación para las amas de casa”, que permitió reconocer y valorizar monetariamente el trabajo doméstico y de cuidados; la Ley 27.532 en la que se incluye en el sistema estadístico la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo, que busca recolectar y cuantificar con perspectiva de género información sobre la participación y el tiempo destinado por las personas a las actividades de la vida diaria, desagregado por género y edad; el Registro Nacional de Cuidadoras y Cuidadores Domiciliarios/as y la Resolución N° 1/19, en el ámbito del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), a través de la que se declaró de interés a las cooperativas de trabajo y de prestación de servicios que reúnen los caracteres de cooperativas sociales tendientes a lograr la inclusión de personas humanas en situación de vulnerabilidad social.

Respecto de los sistemas de financiamiento, Russo detalló la existencia en Argentina de un sistema público no estatal –PAMI- que brinda servicios sociales y sanitarios de manera integral a 4.390.164 personas de mayores de 60 años y el apoyo estatal con capacitación y financiamiento, a proyectos de la economía popular vinculados a cuidados, como el salario social complementario, que contempla esta actividad como contraprestación. También un sistema privado, basado en la organización familiar.

Russo citó también un informe sobre las políticas de cuidado en Argentina: de 2018 que revela que “Las tareas de cuidado de adultos mayores sin suficiente autonomía recaen fundamentalmente en la familia. En mucha menor medida, son llevadas a cabo por empleados domésticos o cuidadores no especializados, amigos y vecinos, y cuidadores especializados”.

“Sólo el 4 por ciento de quienes tienen necesidad reciben asistencia de un cuidador o cuidadora especializado”, observó el dirigente.

Este universo de demanda creciente, aparece como oportunidad para la Economía Social y Solidaria, que tal como detalló el referente de CAM, contiene a un universo de 3602 mutuales y 11232 cooperativas, capaces –algo que diferencia a las mutuales argentinas de las europeas- de ofrecer multiplicidad de servicios vinculados a la salud, al ahorro, al crédito, al turismo, deporte, cultura, etc.

De acuerdo con el presidente, desde la Confederación Argentina de Mutualidades, existe un compromiso asumido con la temática.

La Diplomatura sobre el servicio de cuidados a personas mayores y su organización cooperativa, dictada en convenio con la Universidad Nacional Tres de Febrero, promueve la capacitación de miembros de las entidades mutuales en el tema. Mientras que en articulación con el INAES se trabaja en la Comisión Técnica que asesora al directorio del organismo para indagar y elaborar proyectos que contribuyan a impulsar la actividad.

En esa dirección, hace escasos días, la institución fue llamada a participar por el Gabinete de Géneros del Ministerio de Desarrollo Productivo en una instancia consultiva, para la confección de un anteproyecto de Ley que se ocupe de la temática asumiendo la perspectiva de género.

Prestación del servicio desde un enfoque mutual y cooperativo

La prestación del servicio con un enfoque mutual y cooperativo, implica, según Russo garantizar el cuidado de manera humanizada. También “la creación de instituciones, cuando es pertinente, con un enfoque socio-comunitario y de proximidad”.

Además promueve la creación de fuentes de trabajo para profesionales y el cuidado y protección de los mismos. Considera la perspectiva de género, valorizando el trabajo no retribuido y busca “un tratamiento más humanizado de la situación de dependencia o vejez; permite permanencia de las y los trabajadores quienes se involucran en la empresa de propiedad colectiva mejorando progresivamente sus ingresos, avanzando hacia la formalización del trabajo.

Al abordar los desafíos, Russo mencionó el financiamiento y la incorporación de tecnología como problemáticas que atraviesa, a nivel mundial, a todas las organizaciones que brindan este servicio.

Sin embargo –observo- “el mutualismo tiene una ventaja: el beneficiario o sus parientes son los verdaderos dueños de la organización. Les asiste el derecho, la democracia y la posibilidad de participación. Es lo que hace el distingo con el resto de los prestadores, sin desmerecerlos”, expresó.

Compartió panel con Dalya Elziniy , Oficial técnico superior en Seguridad Social de AISS; María Cecilia López Collazo, Presidenta del Círculo de Trabajadores Católicos de la Mutualidad de Uruguay y Presidenta de la Comisión Técnica de Sociedades Mutuas de la AISS; Alain Coheur, Director del Departamento de Asuntos Europeos e Internacionales de la Unión Nacional de Mutuas Socialistas (Solidaris) de Bélgica y Sibylle Reichert , directora ejecutiva de la Asociación Internacional de Sociedades de Beneficio Mutuo (AIM), como parte del proyecto transversal sobre LTC. Aperturó y ofreció conclusiones sobre el encuentro Marcelo Caetano, Secretario General de la AISS y moderó Nathalie De Wulf, Oficial técnico en Seguridad Social, ISSA.